LA TRAGEDIA DEL TINGUIRIRICA
La semana del 08 al 12 de mayo, en Cartagena de Indias (Colombia) se desarrolló el V Encuentro Iberoamericano de Seguridad de Tránsito. Entre los muchos temas que se trataron, se habló sobre los desempeños de cada uno de los países en materia de Seguridad Vial. Al igual que en otras áreas, nuestro país destacó por su buen comportamiento y por sus alentadores indicadores.
Lo paradójico vino una semana después, casi como una sátira griega, me refiero al lamentable siniestro de tránsito ocurrido en el puente Tinguiririca. A propósito de eso, permítanme poner en discusión un par de ideas, extraídas de los buenos ejemplos que nos entregan aquellos países Europeos que presentan mejores índices de desempeño que nosotros:
- El año 2001, la Comunidad Europea definió como una de prioridades de trabajo, el disminuir la siniestralidad de tránsito en los espacios públicos (calles, avenidas y carreteras). La meta que se definieron fue disminuir en un 50% las fatalidades en este tipo de accidentes. Desde ese minuto, el tema de Seguridad Vial dejó las páginas rojas de los diarios para convertirse en una prioridad de políticas públicas.
- El buen uso del idioma facilita la obtención de resultados y el alineamiento de las acciones preventivas. En efecto, desde hace mucho rato que en Europa los especialistas ya no hablan de ACCIDENTES de tránsito, sino de SINIESTROS de tránsito. Los accidentes ocurren por causa del azar, los siniestros por que alguien toma una decisión equivocada. Basta un ejemplo: si un chofer se queda dormido mientras maneja un bus, la probabilidad que ocurra una fatalidad es alta; un accidente sería que no ocurriera nada.
- En Chile, por cada persona que muere en una acción delictual (seguridad ciudadana) fallecen 5 en siniestros de tránsito. Ahora que el ex senador Viera Gallo está estudiando una propuesta de Seguridad Pública para entregarle a la Presidenta Bachelet, sería bueno mirar la seguridad de las personas desde una perspectiva integral, es decir, desde la óptica de la seguridad que los ciudadanos de este país tenemos en los espacios públicos. Recomiendo al ex senador ver el ejemplo de España, en el cual la bien reputada Dirección General de Tránsito (DGT, responsable de la Seguridad Vial) NO depende del Ministerio de Transportes sino que del Ministerio del Interior.